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INTRODUCCI0:-1 17 das; y que, amoldándose a la experiencia y al ma– gisterio de la Fundadora, han alcanzado un grado eminente de santidad, aunque no haya sido autén– ticamente reconocido por la Iglesia. Este nuevo c:ipítulo enriquecería nuestro ensayo, pero queda al margen de nuestro proyecto. La segunda fuente principal de esta espiritua– lidad son las leyes particulares de la Orden. Muy oportunamente el Papa Pio XII puso de relieve su importancia y eficacia en un acto solemne de su pontificado. Hablando el 9 de diciembre de 1957 a los representantes del segundo congreso general de los Estados ele perfección, recordó la necesidad inderogable ele que cada Instituto con– serYe en toda su integridad su espíritu propio y característico, y el deber que tienen los supe– riores ele exponerlo auténticamente a los súbdi– tos. Y a continuación planteó este problema: ¿ Dónde hallarán los superiores la expresión sin– cera y objetiva ele la fisonomía espiritual? No les es lícito, continuó diciendo, interpretarlo a su talante y arbitrio, sino que deben « mirar a la idea del Fundador tal cual se halla expresada en las constituciones aprobadas por la Iglesia»". En la nota bibliográfica a vuelta ele página el lector podrá ver los medios ele que preferente– mente nos hemos servido para elaborar esta sín– tesis ele la espiritualidad ele la Orden ele la Com– pañía ele María. De propósito se ha omitido otra literatura espiritual que pudiera servir para pro- 3 Cf. Acta Apost. Sedis 50 (1958), p. 38.