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11 CRISTOCENTRISl\10 161 la Eucaristía, a la vez que es obra de Jesús, es también de María, a El subordinada ,,,m. En síntesis aquellas relaciones se fundamentan en la parte que compete a María santísima en los misterios de la encarnación y redención. El cuer– po y sangre que se reciben bajo las especies sa– cramentales de pan y vino es el mismo cuerpo y la misma sangre que el Verbo encarnado tomó en el seno purísimo de María. Además le corres– ponde una parte en la oblación del sacrificio eu– carístico y en la aplicación de sus frutos, siendo una y otra poryección y prolongacion del misterio consumado en el Calvario con su consentimiento y participación. Dada la amplitud e importancia que hoy en día ha adquirido la problemática eucarístico-ma– riana'", nos ha parecido oportuno apuntar siquiera estas reflexiones que ayudarán a comprender mejor la experiencia religiosa del siglo XVII que estamos estudiando. FmEL M. DE BENISA, O.F.M. Cap., El Corazón ele Ma– ria y la Eucaristía, en Ep/zemericles Mariologicae 7 (1957), p. 128. ·H Cf. FrnEL M. DE BENISA, O.F.M. Cap., El Corazón Eu– carístico de María Medianera ele todas las gracias, Va– lencia 1945; E. BoULARAND, S.J., La Vierge et l'Eucharistie, en Revue Ascét. Myst. 34 (1958), p. 3-26, 361-393; René L\URENTIN, L'Eucaristia e la Vergine, in Eucaristía, ed. A. PIOLANTI, Roma 1957, p. 629-648; Timotheus URQUIRI, C.F.l\l., De devotione erga Cor « Eucharisticwn » B. M. Virginis, en Eplzemericlcs Mariologicae 7 (1957), p. 98-125.

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