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15+ L:\S COORDENAD.\S mús a la luz de la biografía de la Fundadora y de sus primeras colaboradoras, que gozaban sus me– jores delicias cabe el sagrario y alimentaban su intensa vida espiritual con el pan de los ángeles. Se sabe que el día de la comunión era para la Santa Madre de indecibles consuelos y alegrías inefables. Amante apasionada de la eucaristía, sus comuniones se distinguían no menos por la devo– ción externa que por el fervor interno. Solía reti– rarse después de comulgar a una habitación con– tigua al coro y allí daba rienda suelta a sus ínti– mos sentimientos; se la veía postrada en tierra con los brazos en cruz, gimiendo y sollozando, con el rostro bañado en lágrimas de consuelo 07 • Su amor a la pobreza era superado solo por el amor a la eucaristía, es decir que nunca menguaba el esplendor del culto externo al santísimo Sa– cramento con el pretexto de no ofender la pobre– za"'. Persuadida como estaba de que en realidad el altar era el trono del Rey de la gloria, ponía el mayor cuidado posible en adornarlo y embelle– cerlo con decoro y elegancia. Y lo mismo reco– mendaba a las sacristanas. Los manteles debían ser finos y limpísimos; los corporales y purificado– res no debían ceder en nitidez y blancura a la de Ias prendas más preciadas; los velos del cáliz, los conopeos del tabernáculo, las casullas del sa– cerdote, etc., debían ser lo más preciosos posibles. e. Cf. DE SAINTE MARIE, Abrégé de la vie, p. 364; FRAN– crsco JULIA DE TOLOSA, Vita della Venerabile, parte III, cap_ 2, f. 261. "' Cf. FRANCISCO JULIA DE TOLOSA, Vita della Venerabile, parte II, cap. 4, f. 196v sigs.

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