BCCCAP00000000000000000000582

152 LAS COORDENADAS nalmente las siete estaciones. Ante el altar se hacía una breve lectura sobre los dolores de Jesús y con los brazos en cruz se rezaba una oración. Al llegar al coro, se repetía por última vez la fun– ción con particular solemnidad ante el Santísimo Sacramento expuesto " 1 • Entre las religiosas que se distinguieron por su amor a Jesús paciente recordamos a la Madre de Bruias del monasterio de Riom, modelo de auténtica religiosidad. Entre sus apuntes espiri– tuales se encontró el texto ele una plegaria que rezaba todos los días, pidiendo la gracia de mo– rir en viernes después de la misa para meditar e imitar más al vivo la pasión de Jesús. Y así su– cedió con inmensa alegría de su alma"'. 4. - EL l\IISTERIO DE LA SANTÍSIMA EUC\RIST Í\. Las normas legislativas relacionadas con la sagrada comunión, como es natural, reflejan la mentalidad y la praxis eucarísticas ele la época postridentina; pero la vida eucarística de las co– munidades, en las que el sagrario era siempre ro– deado de las más exquisitas atenciones de las religiosas, fue mucho más pujante y vigorosa de lo que a primera vista pudiera parecer, leyendo el texto de la ley. No se impone la comunión diaria, sino tan so– lo semanal, si bien el concilio ele Trento prescri- ' 1 Cf. Histoire ele l'Orclre II, p. 427. "' Cf. Histoirc ele l'Orclre I, P. 589.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz