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CRISTOCE:--CTRISi\IO 147 virtudes « un amor tierno y reverente a la perso– na adorable de Jesús, que miró siempre como su único maestro, am~go perfecto y soberano de su corazón 6 • También Madre Petra Cirón, que tan importante papel jugó ne la fundación de Tolosa, se distinguió por su tierna devoción a la sagrada humanidad del Señor, objeto de sus sublimes con– templaciones''. Y esta vivencia cristocéntrica de la espiritua– lidad se encuadra a maravilla en la finalidad de la Orden que se había propuesto, sirviéndose de todos los medios al alcance de la mujer, « repo– ner a Jesucristo en los corazones y en los altares, de los que los herejes se habían propuesto destro– narlo» u,. 2. - DEVOCION A LA INFANCIA DE JESÚS. Una simpática derivación del cristocentrismo nos la ofrece el culto tributado en fa Orden al Niño Jesús. Esta faceta devocional a la divina Infancia tiene honda raigambre en la historia de la piedad católica y ocupa un puesto relevante en la espiritualidad francesa del siglo XVII, debido principalmente al influjo berulliano y en particu- s Cf. Histoire de l'Ordre I, p. 444. En la tarea diaria de la instrucción de las niñas, para la que tenía dotes sin– gulares, se esforzaba por atraer y conquistar todos los corazones a Jesucristo por la imitación y el conocimiento y de formar las almas rescatadas con la preciosísima san– gre del Cordero inmaculado. '' Cf. Histoire de l'Ord1·e I, p. 534. 1 '' Cf. Histoire de l'Ordre I, P. 571.