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13..¡ LAS VIRTUDES « Esposo de sangre » ll. Esta idea implicaba con– formidal de víctima y de sacrificio. « Y para obte– nerla son indispensables las penitencias, que escul– pen en nosotras le imagen del Hijo de Dios, causa meritoria y ejemplar de nuestra predestinación, y nos hacen ser reconocidos por hijos suyos y merecedores de su heredad» 10 • Mortificación santificatora, reparadora e imi– tación de Cristo crucificado: he aquí los tres moti– vos que eX!plican y justifican las prácticas peniten– ciales, que llamaríamos de supererogación porque sobrepasan las precripciones legislativas, pero que son el metro y el sello de la generosidad de las esposas del « Esposo de sangre », Cristo redentor. Sería un absurdo, en sentencia de san Benardo, que las esposas ciñeran sus sienes con flores cuan– do el Esposo está coronado de espinas"". Solía decir la Santa Madre que los padecimien– tos y mortificaciones son « arra segura de predes– tinación ,>" 1 • Indiscutiblemente, como se ha visto y repetido, la santa estaba convencida de que lo más importante y esencial en la práctica de la vida espiritual y religiosa era la mo11tificación interior; y por lo mismo a nadie exigía o imponía grandes "' Cf. FRANCISCO DE ToLOSA, Vita della Venerabile, parte II, cap. 6, f. 206v, 207v y 276rv. "" « Quia non decet membrum de!icatum esse sub ca• pite crucifixo; nec ad capitis coPpus se indicat pertinere rnernbrum quod capíti compassurn non sít ». S. BERNAR– Dl:S, Vitis mystica seu Tractatus ele passione Domini, en PL 184, col. 647. " 1 Cf. DE S.UNTE MARIE, Abrégé ele la vie, p. 262; FR\N– CISCO JULIA DE TüLOSA, Vita della Venerabile, parte II, cap. 6, f. 207v.

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