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L\ 1\IORTIFICACIO'. 129 periora a gobernar santamente la comunidad que se le confía se lee la siguiente de amplia perspec– tiva pedagógico-ascética: « Hagan todas su ejercicio corporal según las fuerzas y necesidades de cada una, y tomen algunos alivios y recreaciones ordina– rias y extraordinarias conformes al tiempo y lugar y con las personas que ella (la su– periora) ordenará, procurando tenerlas go– zosas y alegres en nuestro Señor con modes– tia y comportamiento religiosos. Y apenas vea o sepa que alguna está triste, háblele o haga que otras le hablen para averiguar la causa de la tristeza y eliminar su efectó, pa– ra que se sirva a Dios con alegría, como dice el salmista'', puesto que Dios ama y quiere, como dicen san Pablo y el Sabio 10 , al dador gozoso y alegre» 11 • Y la bondadosa y santa Madre Lestonnac sen– tía honda pena en su corazón y no la ocultaba a las demás, cuando alguna religiosa se inutilizaba para el desempeño ele sus deberes o por austeri– dades corporales o por mortificaciones indiscretas o por falta ele valor y generosidad para sobrellevar las dificultades y contrariedades inevitables de la vida comunitaria, y por la tristeza y melancolía. Ni menos amargura le causaban las que por sus extravagantes moritificaciones llamaban la aten– ción y ocasionaban perjuicios a la Orden. A pro– pósito de este último abuso « solía clicir que Dios no destruye la natura- Cf. Salmo 99, 2. Cf. Eccli 35, 11; 2 Cor. 9, 7. 11 Cf. Regles de la Prcmiere VI/54, en Recucil, p. 64.
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