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LA MORTIFICACION 125 Precisamente para facilitar a todas las posibles aspirantes la consecución de este ideal, no se les exigen como obligatorias determinadas austerida– des y penitencias corpornles. La nueva Orden de– sea acomodarse a la complexión y a las fuerzas de todas y por tanto impone solamente lo que a todas puede exigirse indistintamente. Esto no significa, sin embargo, que no se dé la debida importancia a la vida penitencial, mo11t,iiicada y crucificada de las religiosas, pues se trata de una norma evangélica indeclinable para todo auténtico seguidor de Cristo. Tampoco se rebajan o despre– cian las penitencias y austeridades que tan lau– dablemente practican otras Ordenes según los pro– pios estatutos, antes bien se alaban e incluso se servirán de las mismas siempre que la necesidad y la utilidad lo aconsejen o exijan, ora las 0I1dene la superiora ora las reclamen las súbditas para su aprovechamiento espiritual. Con esta actitud de moderación y equilibrio se empeñaba mayormen– te a las religiosas a dedicarse con más generosi– dad a las mortificaciones internas, las cuales pue– den ser más numerosas y frecuentes y de mejor calidad que las externas". Este plan someramente trazado por la Madre Lestonnac en el pr~mer proyecto presentado al "« Quant aux austerités et pénitences corporelles, elles n'en auront point d'ordinaires pour toutes indifferemment, tant parce que ces te Religion desirant s'accommoder autant que faire se peut a la complexion et forces naturelles de ses subiectes, elle ne les doibt obliger a chose aucune que toutes ne pu:ssent bien aessement faire; comme aussy d'autant qu'elle estime beaucoupt davantage et prise plus volentiers des mortifications interieures que des exterieu-

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