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110 LIS VIRTUDES ambiciosos y falsos en sí mismos, eran ente– ramen,te contrarios a los ele esta virtuosa Señora (Juana ele Lestonnac), la cual mira– ba la superioridad a la luz del Evangelio y de los ejemplos del Hijo de Dios... Por eso la cons,ícleraba más bien como un estado de servidumbre y de dependencia de la li– bertad y soberanía de los demás. Y así lo manifestaba con sus obras... Y si bien estas acciones de humildad eran ejemplos muy elocuentes, se servía de sus instrucciones para hacerlos más eficaces y accesibles. De– cía a las religiosas que se rinde un excelen– te servicio a Dios cuando se hace pronta– mente y con presteza y buena gracia cuanto ordenan las reglas y constituciones; que en la casa de Dios no hay ocupaciones bajas y que no sean meritovias, cuando se hacen por agradarle. Además, mientras sus mano:,: se ocupaban en estas humildes labores y sus labios pronunciaban estas instrucciones, se persuadía de hacer el oficio de los ánge– les, los cuales servían a nuestro Señor en el desierto, o el de Marta que lo atendía en su casa, toda vez que ella servía a las reli– giosas que son sus siervas y sus esposas » ". 3. - EN LA ESCUELA DE LA MADRE. Y sus hijas la siguieron presurosas por esta senda luminosa trazada por la doctrina y los ejemplos del Salvador. María de Richelet, la quin- G FRANCISCO JULIA DE TüLOSA, T/ ita el ella Venerabile, par– te II, cap. 2, f. 171rv y 175r.

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