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104 LOS l\IEIJIOS presencia de Dios que había experimentado y que el divino Espíritu le había enseñado. Con tan ex– celente preparadón interior se comprende facil– mente que lograra los más lisonjeros éxitos en la formación ele las novicias y ele las jóvenes pro– fesas, que tuvo casi siempre a su cargo"". En la misma comunidad sobresalió la Madre Constancia de Capus, que entró a los 44 años de edad el 8 de septiembre de 1618 y falleció s:rn– tamente el 19 de mayo de 1650. Desempeñó con frecuencia el ofioio de portera y fue la edificación constante de cuantos se acercaban al monasterio. Estaba siempre muy ocupada, pero se dedicaba a la oración como si no tuviera otra cosa que hacer. Se complacía en permanecer de rodi1las ante el altar. Levantó un altarcito para su uso en la por– tería, y afü arrodillada la encontraba siempre el sonido ele la campanilla. AHí retornaba a arrodi– Harse apenas había cumplido la voz de la obedien– cia. Todo la ayudaba a mantener el contacto con el Señor y nada le impedía el trato íntimo con El"'. ''' Cf. Histoire ele l'Orclre I, p. 534. " Cf. Histoire ele l'Orclre I, p. 429.