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LA ORACION 103 tiones que por timidez tal vez no se hubieran atre– vido a proponerle'"'. De Francisca Mountel U 25 enero 1641), una de las primeras novicias de La Fleche, se dijo que « su vida había sido una oración continua ». Gra– cias al silencio y recogimiento, que cultivaba en todo tiempo con esmero, mantenía casi ininte– rrumpidamente el coloquio interior con el divino Esposo. Y su ejemplo era irresistibile. Para ali– mentar continuamente este dulce coloquio había aprendido de memoria muchos de los más hermo– sos pasajes de la sagrada Escritura, principalmen– te de los Salmos, y también los himnos de la li– turgia 24 • La comunidad de Poitiers recuerda a la Madre Ca:Plota Garnier, que tomó el velo a los 26 años de edad el 4 de octubre de 1627. Atraversó impá– vida las obscuras noches del espíritu y después transcurrió su vida absorbida en Dios, con el que alcanzó una unión habituail y muy elevada 25 • Por fin, Tolosa nos presenta la Madre Petra Ciron, cuya conquista fue el golpe de gracia para el establecimiento definitivo del monasterio de aquella ciudad. También ella alcanzó grados muy e'levados en la via del espíritu. Se deleitaba sobre– manera en la oración de quietud. Poseía tales grados de sabiduría, que su director espiritual la obligó a poner por escrito las diversas formas de 23 Cf. Histoire de l'Ordre I, ,p. 570. 24 Cf. Histoire de l'Ordre II, P. 101. Cf. Paul CALENDINI. Le couvent des Filies de Notre-Dame de La Fleche, La Fleche 1905, p. 111-114. " Cf. Histoire de l'Ordre II, p. 314.

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