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100 LOS J\IEDIOS experiencia le había demostrado utilísima y segurísima » "'. c) Al1nas ele oración Ya se ha insinuado que la vida de oración fue el manantial perenne y fertilizador ele la santidad y del apostolado de la Orden. Y fueron muchas las religiosas que vivificadas por este espíritu des– arrollaron maravillosamente su vida interior y propagaron por todos los monasterios la pujante vida interior que la Santa Madre anhelaba. No nos ha sido difícil individuar en cada uno de ellos al– guna de estas almas privilegiadas que con sus ejemplos y enseñanzas trasmitieron a las genera– ciones futuras el precioso legado del magisterio de la Fundadora. Vamos a presentar una galería de estas almas de oración que, sin ser completa, ofrece variadas e interesantes facetas. Una de las que primero irradiaron fuera de Burdeos el espíritu y la obra de la Orden, fue la Madre Isabel Tausin, nombrada por la Fundadora maestra de novicias del recién fundado monaste– rio de Béziers en 1616. Apenas se hizo cargo de su oficio orientó la comunidad con su ejemplo y con sus exhortaciones hacia aquella intensa y asi– dua práctica de la oración que había aprendido en la escuela de la Santa Madre. Tres y cuatro horas diarias le parecían pocas para satisfacer sus ansias de intimidad con Dios. Alguna que otra vez, mientras oraba, apareció a las religiosas como "' FRANCISCO JULL\ DE TOLOS,\, Vita della Vcnerabile, par– te II, cap. 11, f. 245v.

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