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PROCESOS DE BEATIFICACIÓN Y CANONIZACIÓN DE S. LORENZO 41 Los abogados rebatieron una por una todas estas razones, sosteniendo que: a) los procesos habían sido oportuna y debida– mente presentados a la S. Congregación y no se podía exigir una nueva presentación; b) la continuación de la fama de santidad se entiende hasta la formación de los procesos apostólicos y, por tanto, estaba suficientemente probada; ni puede objetivamente negarse valor de prueba a las letras postulatorias; e) el examen de los escritos no debe retrasar la signatura de la comisión, pues es a todas luces manifiesto que los postuladores, apenas se perca– taron de su existencia, los buscaron con diligencia y los preHen– taron con puntualidad, y la Congregación había autorizado a proceder; d) por lo que se refiere al culto, es praxis de la Congre– gación no demorar la signatura hasta que los postuladores den cuenta, como lo harán, de haber desaparecido todas sus manifesta– ciones o de no habérsele tributado nunca; e) finalmente, resuelven los reparos litúrgicos, observando que para todo se había obte– nido permisoº 2 • El problema así planteado fue discutido en la sesión del 28 de agosto, y los prelados y consultores opinaron que, previo el consentimiento del Papa, podía procederse a la reasunción de la causa; y Clemente XII accedió el 24 de septiembreº'. 6. - La 1ialidez de los procesos Poco a poco la causa se encamina hacia la sistematización definitiva y los postuladores y relatores se suceden unos a otros. El 24 de diciembre de 1734 fue nombrado postulador el P. Grego– rio de Roma 04 • El oficio de ponente, vacante desde la muerte del card. Luis Pico della Mirándola ("!- 1743), pasó el 16 de marzo de 1748 a manos del cardenal príncipe de York Enrique Benito Stuart 0 5, quien con indiscutible habilidad y admirable constancia logró sortear todos los peligros y tuvo la satisfacción, despuC,s de quince años de desvelos y esfuerzos, de contemplar el deseado triunfo. La declaración de la vali.dez de los procesos es el punto de arranque de la fase decisiva de toda beatificación, pues, en defi– nitiva, del estudio de los mismos ha de brotar la prueba feha– ciente de la base insustituible que, exceptuado el caso del martirio, no ha de ser otra que la práctica heroica de las virtudes cristianas, º' Cf. Responsio ad A.nimadvcrsiones Rmi. P.D. Fidci Promotoris super si– _r¡natura commissionis reassurnptionis causae, 14 pp. Al final de la Responsio el sub– promotor de la fe Juan Prunetti añadió de su puño y letra: « Die 10 aprilis 1734. Dilata et ad mentem Em.mi Ponentis ». Y " continuación el card. Luis Pico della Mi– rándola escribió: « Die 28 augusti 1734. Affirmative ». " 3 Arch.Congr., Decreta Sanetorzon R.C. (1731-1737), 158r. 1831·. 04 Desempeñó el oficio hasta 1756 y murió el 12 de abril del año siguiente. Cf. De postulatoribus generalibus, en Anal.O.F.M.Cap. 54(1938) 21!J. 95 Areh.Congr., Decreta Sanetorum R.C. (1748-1750), llr; Gaetano M0RONI, Dizionario di erudizione storieo-ecelesiastica CIII, Venezia 1861, 323-336; RITZLER– SEFRIN, Hierarchia catholiea medii et reeentioris acvi VI, Patavii 1!)58, 16 n.37.

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