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80 SOR MARÍA DE LOS ANGELES SORAZU zonte divino, en el que aparece a mi alma un Dios humanado, una Bondad infinita y divina humanada con belleza y majestad tan encantadora, que tengo que cerrar el entendimiento, o no sé qué, para no per– derme en f~l" (7-IX-1912). "Parecíame que alguien me apremiaba a escribir unos días más, indicándome que resultará a Dios mucha gloria de mis escritos, se aprovecharán de ellos muchas almas, sobre todo los directores de almas y personas inteligentes, etc., etc." ''Jesús me pidió mi cooperación e infundió en mi co– razón un celo tan ardiente por defender su gloria en este sentido [es decir, de explicar en qué consiste la verdadera espiritualidad], que no lo pude sufrir; y sólo mi vocación me contiene para que no vaya por esos mundos a predicar a las naciones, al mundo entero, para iniciarlo en los secretos de la verdadera ciencia'' (25-VI-1920). El Señor, a quien plugo elegir a ésta su esposa como mensajera de sus divinas enseñanzas, le dió clara vi– sión de este llamamiento, que fué al propio tiempo uno de los medios más dolorosos de que se sirvió para puri– ficarla y elevarla y divinizarla. Escribía al P. 1\íariano: '' Desde el momento que me impuso precepto de escri– bir la Vida divina, no veo santidad ni .medio de santi– ficación para mi alma si no es en el trabajo escritura– rio, tanto que sólo acordarme: '' tengo que escribir la Vida divina", me eleva y como diviniza, y produce el efecto que una dignidad o elevado cargo produce en . la persona a quien se confía, si es santa, esto es, una como i ansia de santificarme y cierta unión mayor .con Dios" (5-VI-1913).