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74 SOR MARÍA DE LOS ANGELES SORAZU me hizo sufrir y mejor me entendió y respondió a mis necesidades. Dios se lo pague" (25-IV-1920). Se conservan unas cuarenta cartitas dirigidas por la l\L Angeles al P. Alfonso; como éste residía en Valla– dolid, el contenido de estas cartas difiere notablemente de la correspondencia con el P. Mariano. 7. Los CONFESORES Fuera de los Sacerdotes anteriormente indicados, ningún otro l\Iinistro de Dios la dirigió, si bien fueron muchos aquellos con quienes más o menos íntimamente trató las cosas de su espíritu en casos particulares. No es, pues, exacto que el P. Mariano Martínez, O. F. l\I., fuera su Director, como se lee en la pág. 14 de la A1tto– biogra/fa. También el P. Cipriano Pereda, S. J. "mu– chas veces me ha mostrado interesarse por mi alma y deseos de encargarse de mi dirección" (2ó-X-r9ro). De hecho nunca la dirigió. Sabido es que las funciones de Confesor no se iden– tifican necesariamente con las de Director; pero a na– die se le oculta cuánto y en qué grado pueden ayudarse y secundar mutuamente la acción de la gracia. Es doloroso publicarlo, pero hay que reconocerlo since– ramente, que más de una vez los Confesores de Sor María de los Angeles acumularon, consciente o incons– cientemente, obstáculos y dificultades al desarrollo de la dirección. '' Con todos los Confesores ordinarios he tenido que sufrir a causa de la dirección espiritual'' (rr-X-r9r3).
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