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64 SOR MARÍA DE LOS .\NGELES SORAZU Fueron seis años largos de separación y orfan– dad espiritual, durante los cuales, sin embargo, el P. Mariano, de cuando en cuando, continuó suminis– trándole aquel alimento exquisito y espiritual que sólo él sabía proporcionarle. '' En mis relaciones con Dios no he hallado a ninguno fuera de V. R., y como le he significado varias veces, durante el tiempo que me di– rigí con los PP. Narciso y Alfonso, mi Padre verdad fué V. R. delante ele Dios. Así lo conocí siempre, y por esto siempre que recibía alguna gracia lo atribuía a V. R., cuyo recuerdo se imponía a mi alma hasta hoy" (5-V-I920). Pero finalmente se disiparon las tinieblas acumu– ladas por la mentira y la calumnia y comenzó a resplan– decer el sol de la verdad. Elegido Vicario Capitular de Valladolid, en I9I9, el entonces Obispo Auxiliar, Exce– lentísimo Sr. Dr. D. Pedro Segura, hoy Cardenal de Sevi– lla, reconociendo la inocencia de Sor María y las injustas persecuciones de que había sido objeto, como también la absoluta necesidad de reanudar la interrumpida di– rección, ofreciósele por propia iniciativa a facilitarle esto último cuanto estuviera de su parte (carta de 2I de abril de 1920), alegrándose después (carta de 26 de abril de 1920) sobremanera de la feliz solu– ción. Desaparecieron los causantes ele la prohibición, y animada Sor María de los Angeles por la conducta benévola del Obispo Auxiliar, llamó de nuevo a las pu'-'rtas del corazón de su "Padre verdad", quien, después de haberse cerciorado con toda seriedad de la voluntad de Dios, se hizo cargo definitivamente de la dirección de su alma el 7-V-1920 y la dirigió
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