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LA DIRECCIÓX ESPIRITUAL y la honran con su amistad. Miradas las cosas desde el punto de vista humano, nada más triste que la situa– ción de esta alma, perseguida y calumniada de sus ému– los, traicionada y abandonada por algunos de sus ínti– mos, oprimida y contrariada en sus más nobles y legí– timas aspiraciones de sus Superiores -merced a la perniciosa influencia de sus perseguidores, que ante ellos la delataran--, y privada de todo humano apoyo y consuelo y hasta de los medios de santificación que aprendiera necesarios y que su espíritu reclama cons– tantemente para continuar su marcha progresiva hacia la perfección" (r). Añádase estotro párrafo de una de sus cartas, en la que con vivos colores describe los efectos causados por el forzado cambio de dirección de que venimos ocupán– donos: "Una vez más vi los gravísimos daños que me ocasionó la privación de la dirección de V. R., el eclipse que sufrí en el período que siguió inmediatamente al decreto de prohibición, las muertes innumerables que recibí de los Confesores y no Confesores, en lo que te– nía de más divino mi alma, el descenso, degradación o humanización, muerte de las energías morales o sobre– naturales que me hacían volar en el camino de la santi– dad, y hasta de los dones o cualidades divinas que me habían sido concedidas con profusión soberana; la sus– pensión de los dones de Sabiduría y Entendimiento en largos períodos, especialmente del primero; y, en fin, la ruina del templo de la Santísima Trinidad" (n– VIII-1920). (1) Cf. SoR ANGELES SoRAZU, La Vida espiritual coronada por la triple manifestación de Jesucristo, págs. 268-270, Valladolid, Hl24.
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