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62 SOR MARÍA DE LOS ÁNGELES SORAZU una de las pruebas más duras para un alma que ve a Dios en sus superiores y ha depositado en ellos su con– fianza, máxime si antes la distinguieron con su afecto y cuidados paternales. La persecución perdura por es– pacio de uno, dos, tres y cuatro años, y la negra atmós– fera se adensa cada vez más, y todo ese cúmulo de males, con otros que no es necesario citar, padece el alma en profundo silencio, sin comunicarlo a persona viviente, ni a su Director espiritual, por no afligir su corazón de padre, o porque ve extenderse hacia él la negra atmósfera que la rodea y quisiera sustraerle a la dolorosa influencia; y quizá permite Nuestro Señor que la malicia humana triunfe hasta el extremo de privarla. de los medios de santificación que posee, y entre éstos, del Director espiritual que dirigía su con– ciencia y era todo su consuelo y apoyo, y que los Con– fesores que le sustituyen, prevenidos contra ella, la califiquen de ilusa y de tonto al Director que aprobara su espíritu, y la traten con sobrada dureza y despre– cio, y hasta la censuren y exterioricen la baja opinión que tienen de ella. En este caso la creación se presenta a sus ojos como un ejército formidable armado contra ella, o una nación enemiga de su madre patria que se prepara para atormentarla y desahogar en ella su fu– ror, donde no ve una mano amiga que la auxilie, sino que todos procuran su desventura. A veces se encuen– tra en el comercio humano como en medio de un vasto desierto, lleno de simas, donde no puede dar un paso sin exponerse a caer en una de ellas, ni puede salir de él por haberle cortado las vías de comunicación con las almas que participan sus sentimientos y afectos