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LA DIRECCIÓN ESPIRITUAL 51 A fines de 1903 Sor María de los Angeles entendió que era voluntad de Dios que se entregara a la dirección de este Padre Franciscano, porque así convenía "para la santificación y consuelo de un alma penitente suya, quien padecía cierta necesidad y quería remediarla por este medio" (1). A pesar de todo, el P. Andrés no juzgó oportuno por entonces aceptar la oferta, porque pre– veía '' que las criaturas se pondrían por medio para hacernos guerra y echar por tierra la obra de Dios, como en realidad así aconteció" (2). Empezó a dirigirla solamente a principios de 1904. Habían transcurrido apenas nueve meses de dirección cuando tanto la Diri– gida como el Director experimentaron cierta inquietud acerca de la dirección misma. La Dirigida, además de esta inquietud, sentía "la necesidad de cambiar de Director'', y éste se '' mostraba indeciso en el asunto de mi dirección, por entender que no era la voluntad de Dios que continuase dirigiendo mi alma" (3). Aun cuando el P. Andrés cesó definitivamente de dirigirla hacia el mes de junio de 1905, continuó con ella sus relaciones espirituales y tuvo el consuelo de visitarla durante su última enfermedad. En la colección de las cartas de Sor María de los Angeles se halla una a él dirigida (28-IV-1920), dándole las gracias por haberle aconsejado tomar de nuevo al P. Mariano como director de su espíritu. En junio de 19n le pidió las cartas de conciencia que le había (1) Se trataba de Sor Esperanza de San Rafael, del convento de Clarisas de Lerma (Burgos), en donde falleció santamente el 20 de octubre de 1936, a los sesenta y dos años de edad. ?~- (2) Autobiografía, pág. 254. l(3) Ibídem, pág. 274 y sigs.

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