BCCCAP00000000000000000000576
LA DIRECCIÓN ESPIRITUAL 49 amenaza seriamente con su eterno abandono si no se so– mete a su voluntad, tantas veces manifestada. Fué éste el último toque de alarma; pero el calvario de esta alma privilegiada había apenas comenzado. Antes de continuar. juzgamos necesario hacer una observación. Nadie atribuya a ligereza e inconstancia los cambios de Director, de que luego hablaremos. Fueron causas a veces muy superiores y divinas y a veces muy rastreras y humanas, pero siempre del todo independientes de Sor María de los Angeles, las que la obligaron a tomar estas decisiones de tanta trascen– dencia en la vida de las almas. "De lo dicho puede inferir, mi amadísimo Padre, que no he sido yo quien le ha elegido para mi Director, sino el mismo Dios. Y de esto estoy muy segura; y lo propio digo de los direc– tores primero y segundo, que también fueron elegidos por Dios, no por mí. Y en esto estoy muy firme, y es por esto que, aunque he sufrido tanto y detesto con toda mi alma el mal uso que he hecho de ellos... , no puedo arrepentirme de haberme entregado a su direc– ción, ni me he arrepentido jamás, a pesar de los te– rribles sufrimientos que me ha ocasionado la direc– ción (por mi culpa, se entiende)" (4-VIII-1910). Y lo mismo repitió más tarde a propósito de los otros direc– tores con quienes posteriormente se dirigió. Además, si se quiere juzgar con acierto y apreciar objetivamente la meritísima labor de todos los cinco directores, téngase siempre muy presente esta confe– sión de la sierva de Dios: "La verdad, que mi historia es capaz ele desconcertar al más experimentado en las secretas vías de Dios" (25-VIII-1920). 4
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz