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LA DIRECCIÓN ESPIRITUAL único fruto que saqué fué convencerme de la necesidad que tenía de la dirección, y de la dirección verdad, para santificarme y aun para salvarrne"(25-VIII-r920). "Continué viviendo la misma vida, o sea perfeccionando cada vez más mi identificación con la dirección, que era la condición requerida para participar la vida de Dios" (8-IX-1920). 2. DIFICULTADES DE LA DIRECCIÓN Parecerá una cosa extraña, pero es la pura verdad. No obstante la visión clara y precisa que Sor María de los Angeles tenía de la importancia suma de este medio de perfección para remontar su vuelo y perderse en la divinidad, y no obstante sus ardientes deseos de santificarse, la dirección se le presentaba siempre eri– zada de dificultades y contrariedades que arrancaban lágrimas a sus ojos y torturaban su corazón. Y es (:ste sin duda uno ele tantos misterios de la divina y amorosa Providencia que debemos reverentemente acatar y que no nos es dado por ahora comprender. Apenas recién profesa "Dios me perseguía con su gracia; con frecuencia se imponía a mi alma para apo– derarse de mi voluntad y elevarme a un alto grado de perfección y unión divina. Deseábalo yo, pero se impo– nía la necesidad ele traducir al confesor mi historia íntima desde los dieciséis años, mi vocación y los obs– táculos con que tropezaba para responder a los desig– nios de Dios; y esto no podía hacerlo. Y porque no veía el medio de vencer este obstáculo, luchaba con la gracia