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40 SOR MARÍA DE LOS ÁNGELES SORAZU el alma y la encargada de conducirla a las intimidades de la vida divina (24-VII-1920). Y con toda verdad po– día expresarse con los siguientes términos en el voto de obediencia hecho a su futuro Director (P. Mariano de Vega) el 8 de diciembre de 1907: "Prometo asimismo procurar vivir siempre actuada en la fe de la promesa hecha por la Santísima Virgen a mi alma, a saber: que todas las gracias necesarias para mi santificación y salvación eterna, que antes me comunicaba directa– mente Dios por Sí mismo, en adelante me comunicará por conducto de mi Padre espiritual, a quien asistirá con la especialidad que tantas veces me ha prometido para todo lo que se relaciona con mi dirección. En esta fe y confianza, de hoy rn adelante todas las gracias necesarias para mi santificación esperaré firmemente recibir de Dios y de la Santísima Virgen por medio de mi Padre espiritual, incluso la consecución de mis ar– dientes deseos de ser toda de Dios y de l\Iaría Santí– sima, pues según promesa de la divina Señora, para ser toda de Dios me basta ser toda de la obediencia, quien me conducirá directamente a Dios y me colo– cará en su seno para que lo posea y sea de Él poseída por toda la eternidad" (2r-VII-r9ro). No menos enérgicas y solemnes son estas otras ex– presiones: '' Sentí en todo su peso la propia debilidad e incapacidad para responder a los designios de Dios sin el apoyo y protección de la Santa Iglesia, personi– ficada en uno de sus Ministros competentes. Y como no me atreví a pedirlo [se refiere a la época en que perdió la confianza con el P. Alfonso A. Vega, O. P.], sufrí infinitas pérdidas y me alejé a distancias infinitas. El