BCCCAP00000000000000000000576
SEMBLANZA I55 lo más íntimamente que puede, le besa y se le entrega con ese beso filial; y allí, en el mismo seno de Dios, adhe– rida fuertemente a su esencia divina, vitalísima, en– cuentra la verdadera vida, la luz, el amor, la felicidad: todo, todo lo que necesita. Mi vida, Padre mío, mi inteligencia, mi amor y mi obrar, todo está en Dios, pues no sé vivir ni hacer nada fuera de su divino seno; ni puedo detenerme en las influencias divinas, que por sola su misericordia extiende a mi alma, si no me ayudo de éstas para elevarme a Él, si estoy en mi, y para pe– netrar más y más en su seno, si estoy en Dios... Sobre todo, mi felicidad la encuentro no en los dones divinos, sino en el Dador de todo bien, en adherirme a Él cada vez más íntima y amorosamente y procurarle la gloria y complacencfas que ele mí espera" (I9-I-I92r). Esta doctrina, que fué la norma ele su conducta, la aprendió en la escuela de Jesús, quien en cierta ocasión se dignó manifestarla cuanto sigue a propósito ele cier– tas opiniones acerca ele la esencia de la perfección cris– tiana, muy debatidas por aquel entonces. "La verdadera espiritualidad y la mística más elevada consiste en la vida de fe, en asimilarse las realidades divinas que en– cierra el Santo Evangelio, la vida de Nuestro Señor Jesucristo, sus palabras divinas, etc., que la Santa. Iglesia propone a la consideración de los fieles en la santa liturgia en las diversas festividades del año: asimilarse dichos misterios por la fe amorosa y la prác– tica de las virtudes que encierran. Que ésta es la mística que enseñó el Espíritu Santo al colegio apostólico y practicaron los primeros cristianos, cuya vida fué Jesucristo, y por eso contábanse los santos por los fie-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz