BCCCAP00000000000000000000576

142 SOR MARÍA DE LOS ÁNGELES SORAZU cuántas píldoras amargas he tragado y trago en gracia a 'la doblez de corazón de alguna que otra religiosa y a la exquisita sensibilidad y delicadeza de corazón de que me ha dotado mi Dios y Señor!" (17-IX-1913). Las dotes afectivas de su corazón conquistaban, avasallaban y la constituían el ídolo y encanto de todas las religiosas y '' el paño de lágrimas de las más infortu– nadas"; a todas se sometía, y con docilidad y condes– cendencia irrefrenable se sentía" inclinada a complacer a todas y no disgustar a ninguna" (r). "Porque acos– tumbraba a tratar de corazón a corazón, sin reservas ¡ de ningún género, no sabía poner límites al amor y confianza en mis relaciones con las criaturas y llamaba la atención con mi simpleza, caridad y candor divinos y sobrehumanos" (2). Nadie quedaba fuera del radio de su amabilidad, pero se derramaba más abundantemente sobre los ami– gos de Dios y los enemigos de su prnpia persona. '' Tengo cierta inclinación natural hacia las almas buenas y que me parece son inocentes, caritativas y muy de Dios... No quiero amar a nadie sino en Dios y con Dios, y por consiguiente más a aquellas que Dios más ame y que amen más a Dios" (18-IV-19n). "Me siento movida a favorecer a las que me ofenden siempre que recibo algún disgusto o molestia --como así es--, pues aunque comprenda que mi obsequio será causa de que me des- ,! precien más, no puedo dejar de favorecer a quien me ofende, y no sé por qué" (5-IV-19n). A las veces procuraba reprimir la exteriorización (1) Cf. Autobiografla, págs. 201 y 202. (2) Cf. Ibid., pág. 113.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz