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LA ESCRITORA MÍSTICA II3 bió. Los meses de verano de 1906, la M. Angeles empezó a escribir por obediencia lo que había entendido sobre la naturaleza divina de Jesús. "Lo que escribí -díce– se refería al infinito ser de Dios y sus divinos atributos, y venía a ser como el preámbulo de la vida divina y eterna del. Verbo Encarnado (1)". Desde aquella fecha la idea de escribir la vida divina del Verbo Humanado ya no la abandonará a pesar de los años y de las vici– situdes prósperas y adversas de su existencia. "A me– diados de marzo (1907) -continúa-, sintiéndome... impulsada por una fuerza interior a reanudar el tra– bajo escriturario, me puse a escribir lo que había enten– dido de la eterna generación del Verbo, el 23 de diciem– bre, y mientras escribía esto recibí nuevas luces y noti– cias en orden a la vida divina del Hijo Unigénito de Dios en el seno del Padre, a los divinos decretos y el reinado eterno de Jesucristo. Todo lo cual anoté en el libro de referencia en el breve espacio de nueve días (2)". Escribió, pues, sucesivamente, los dos libros, y acaso parte del tercero, de la obra proyectada; pero a fines de 1909 estos escritos fueron arrojados al fuego por ella misma. Impuesto otra vez el precepto de obedien– cia por su Director, D. José Hospital Fraga, la M. An– geles redactó nuevamente, en el primer trimestre de 1910, sólo el libro primero de un tomo de unas doscientas páginas, de 22 x 34 cms. El 21 de enero de 19rr lo en– tregó al P. Mariano, quien se lo devolvió el 5 de febrero de 1913 para facilitarle la composición del libro IV de la Autobiografía (29-I-1913). Sobrevino al poco tiempo (1) Autobiografía, pág. 307. (2) Ibíd., pág. 316. 8

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