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I02 SOR MARÍA DE LOS ANGELES SORAZU libro una obra sumamente recomendable, y nadie que la lea verá defraudadas sus esperanzas. He aquí el juicio que la Aittobiografía merece a :M. Víller, S. J., cuya competencia es de todos conocida: '' Imposible leer sin emoción la vida extraordinaria de esta humilde mujer, que continúa la tradición de los mayores místicos de España... La narración emocio– nante de las gracias por ella recibidas desde su infancia, la exacta descripción de los diversos estados por que ella pasó, las divinas comunicaciones con que el Señor la favoreció, no menos que las cualidades externas del estilo, hacen de esta autobiografía un libro incompara– ble, que ha obtenido en España un éxito clamoroso y que merece ser de todos conocido. Bien que por su misma naturaleza despertará en muchas almas un ar– diente deseo de perfección, será todavía más útil a los Directores espirituales y a cuantos quieran estudiar un caso interesante de la vida mística" (r). 2. El Diario. No son muchas las noticias que hemos logrado re– unir acerca de este escrito autobiográfico. Sabernos que el año r9r8, su director espiritual, P. Alfonso Vega, le (1) Rci-. d'Ascétique et de Mystiquc, 19:H, t. XII, págs. 235-2:.¡6, El I'. Yiller dice equivocadamente que el I'. l\Iariano de Yega, de que se habla en la pág. 20, es Dominico en lugar de Capuchino. En el concierto de alabanzas ron que fué recibida la publicación de la Autobirigraffo no faltó alguna voz disonante que la tildó de inoportuna, y atribuyó casi a ligereza y falta de preparación. Si Hanta Teresa confiaba a los teólogos sus escritos, la }I. Angeles no se atre– vía a escribir ni una palabra sin que la examinaran luego y corrigie– ran sus Directores, ·como aparecerá en ]a correspondencia.