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7 bores y salvando mil dificultades, ordinaria contraseña de • las obras del Señor: consiguió que viniesen de Cataluña á fundar esta Provincia Seráfica de Valencia los religiosos siguientes: P. Fr. Hilarión d e Medinaceli en calidad de Comisario, ,P. Fr. Serafín de Policio, P. Fr. Eugenio de Oliva, Fr. Jenaro de Lucena, corista, y Fr. Narciso de Denia y Fr. Pedro Perales, legos. Algunos personajes muy influyentes en la Corte tra– bajaron con vigoroso empeño por conseguir, como efecti– vamente alcanzaron, un Real decreto en que Felipe II prohibía á los _Menores Capuchinos establecer ningún convento de su Orden en este Reino; mas habiéndose percatado de ello el Patriarca aceleró el viaje de los reli- . giosos fundadores, y cuando el decreto ordenando que, si ·10s Capuchinos no habían tomado posesión de su con– vento, se les vedase la entrada, llegó á manos del Virrey de Valencia, que lo era á la sazón D. Francisco Sandoval y Rojas, Marqués de Denia, ya éstos vivían tranquilamente en su nueva morada, cumpliendo con exactitud las cons– tituciones de la Orden. El día 24 de Octubre del año I 596, siendo Pontífice Romano Clemente VIII Y. Rey ele España Felipe II, el P. Comisario Fr. Hilarión de l'v1edinaceli celebró la santa Misa, asistido de sus cinco compañeros, en el lugar desti– nado para Iglesia del nuevo convento, en presencia del Patriarca y Arzobispo Beato Juan y del Virrey Marqués de Denia, y ele toda la nobleza de la ciudad y gran muche– dumbre de fieles. De esta manera se estableció la Provin– cia de Capuchinos de Valencia. ¿Quién podrá explicar el tierno afecto que el Beato Ribera profesaba á la reciente institución? Ésta y el Real Colegio ocuparon en su corazón lugar preferente, y quiso que como verdaderos hermanos se correspondiesen. En