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XIV. CÓMO PREDIJO SU MUERTE 1. El glorioso confesor del Señor, Antonio , conoció desde mu– cho tiempo antes el momento de su muerte ; sin embargo , para no dejar desolados a los hermanos , ocultaba con cauto disimulo la disolución inminente de su cuerpo. 2 . En efecto , unos quince días antes de que pagara la deuda de la carne, contemplando desde un alto la amena llanura pa– duana , con ánimo alegre , ensalzaba con grandes alabanzas el emplazamiento de la ciudad . . 3. Y volviéndose al hermano que le acompañaba en el viaje , predijo que aquella ciudad iba a ser enaltecida en breve con un gran honor. No añadió , sin embargo , qué tipo de honor ni quién sería el que se lo otorgara . 4. Creemos ciertamente que el honor de la ciudad de Padua no sería otro que los méritos de su santidad por los que llegaría a ser célebre en poco tiempo; a quien vemos ya glorificada con una tan admirable como inusitada alabanza . 69