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2. Venía de las ciudades, castillos y villas de los alrededores de Padua una muchedumbre casi innumerable de ambos sexos, todos sedientos de la palabra de vida, con suma devoción y con la firme esperanza de establecer las bases de la propia salvación en su doctrina. 3. Levantándose a media noche, competían entre ellos sobre quién llegaba antes , y con luminarias encendidas se apresura– ban al lugar donde iba a predicar. 4. Se podían ver soldados y matronas nobles corriendo en me– dio de la oscuridad, y los que acostumbraban a emplear gran parte del día halagando sus miembros flojos por la pereza en lechos más blandos, sin ninguna incomodidad - según cuen– tan- se adelantaban despiertos a la llegada del predicador. 5. Venían los viejos , corrían los jóvenes, hombres y mujeres de toda edad y condición. Todos ellos , deponiendo las galas de los vestidos , usaban un hábito , podíamos decir, religioso . 62

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