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'---12- San Francisco de Asís con su nueva Orden s9lo pretendió copiar el Evangelio. El Cardenal Júan de San Pablo alrecomendar al Papa Hono– rio IU la naciente milicia de Cristo, lo hizo con estas memorables palabras: Santísimo Padre, he hallado Un varón que quiere vivir según la forma del Santo Evangelio y observar la per– fección que en él se recomienda; por su medio yo creo que Dios quiere reno,var toda su Iglesia en todo el mundo. (1) 'Estas palabras fueron una verdad histórica y . al mismo tiempo una profecía. Seguramente que el Santo Padre quedó admirado al leer el título del capítulo XII de la Regla de los nuevos misio– ne:ros que decía así: De los que .quieren ir entre los sarracenos y otros infieles. No se vaya a creer, con todo, que fué un, nt\evo redentor el que apareció en la persona de Sa'11 Francisco de Asís; fué sólo una copia, pero fídelísima, del único Redentor del mundo, Cristo Je~ús. Pero son tan semejantes el modelo y la copia, que parecen igual~s. El pueblo cristiano . no .ha ericontrado otro nombre, mejor para 1 lla~ar a San Francisco de Así~ que Alter Chris- tus.: Un segundo Cristo. Tan parecidqs son que, en ,d abrazo ~ísti,co, que ambos tuvieron, única- (1) Anónimo Perusino, n. 33.

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