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lt. l'. SI L \' ¡.; lt l O 1' E ZORITA Para toclos los parajes encuentra libre el camino ... ¡Si hasta en su jcmclo mejor la religión es amor c¡ae trasciende a lo diri110 1 ( MAHQUINA. l ¡Qué profundidad la del buen sacerdote! ¡Qué belleza en su expresión! El amor no es sólo una fuPrza que re. mueve este mundo material y sensible en que vivimos, la religión, que c>s la vida más noble del hombre, es amor también, y amor delicadísimo y sublime. ,Dios es amor>, dice el Apóstol San Juan, y con esto está dicho todo. Ya no debes, pues, temblar ele emoción un tanto an'r. gonzada, cuando digas la palabra amor, como suelen ha– cerlo algunas jóvenes ignorantes y demasiado maliciosas. Dios es amor, y con este pensamiento el alma queda tan llena, tan pura, que puede mirar al cielo esperanzuda y decir a los que tal vez no conciben el amor si no es en vuelto en vahos de materialismo y de lujuria. El amor es cosa muy grande; es en la eternidad el mismo Hios que se ama a sí mismo, y en el tiempo un trasunto de ese divino amor. Amor habla en todos los lengw1jes Es posible amada joven que hasta ahora no hayas comprendido ia verdad de e;ta afirmación del viejo sacer– dote, pero a medida que tus años vayan pasando, el amor se irá haciendo más visible en tu interior. Los años de la in– fancia le vieron como un niño juguetón e inocente; los de la adolescencia, como una de tantas ideas raras no ae– finidas claramente; en los de la juventud se ha presen– tado rodeado de todos los encantos. ¡Qué bien en tiendes ahora sus palabras secretas, sus insinuaciones! Antes de ahora pasó muchas veces sonriendo a tu lado, pero no estabas preparada para comprenderle, y por eso su sonrisa nada te dijo, pero ahora ¡ qué feliz eres comprendiéndole, escuchándole, siguiéndole! ...

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