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Y para animarte a ti misma canta con tu mejor voz los versos del poeta: Corazón, la vida espera, las manos a la mancera y los labios a cantar; que es tiempo de cornenztLr, corazón, la sementera. (PEIYIÁN.) Entonces amada joven; pero antes de ningün modo. ¡ Que la semilla que derrames en tu corazón sea fer:un– da, con esa fecnudidart que Dios pone siempre en sus obras! Con plumas de 11avo real En la habitación de María Luisa se oyó un grito ines– perado. La doncella corrió inmediatamente a ver qué ha bía sucedido Y. al abrir la puerta, se encontró con la jo– ven sentada en la cama, el rostro entre las manos y llo · rando amargamente. ¿,Qué es lo que había sucedido? Nada de importancia. Que Maria Luisa, en un descui– do, había roto el magnífico espejo de luna ante f'l que ella pasaba las horas muertas arreglándose. Tu mejor amigo es el espejo, amada joven, no me di– gas que no. Sin él no serías del todo feliz y las mejores horas de tu vida no tendrían razón de ser. El espejo es el amigo a quien consultas con mayor in– timidad, con el que eres más sincera, al que haces más visitas diariamente. El es el mago admirable que siempre está dispuesto a atenderte y tú la cliente siempre dis– puesta a contarle tus cuitas y a escuchar sus consejos Pero, sobre todo, el espejo Ps el gran testigo dP tu va– nidad.

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