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¿Pero, entonees? Comprendo la objeción. No todu curiosidad (:s mala l·!n ciertas materias, siempre; en otos, no. Hay una cu– riosidad buena que se puede y se debe satisfacer cuando la vida lo pide; pero los encargados de descorrer ese velo, no son, ni el libro pornográfico, ni el amigo calavera, ni .menos la amiga criminal. Son o la madre, o el confesor Sólo ellos son los llamados a abrir des11acio y con tiento esa puerta misteriosa de la vida que encierra tanto mis– t.eri0 de amor y de dolor. Ellos son los que conocen per– íectamen te cuúudo es llegado el momento oportuno de eorrer "SOS ('errojos y de quitar la venda que te impide ver con claridad. Pero pse día y esa hora, que hay que esperarla eon paciencia. no quieras adelantarla con una trnrniciosa curiosidad. La naturaleza misma nos enseña eómo debemos con– ducirno;; rn Pste punto. En el aüo hay épocas de flores y épocas fü, frutos. K.; inútil qne busques flores en invierno y frutos en prim;t1:era. En la vida sm:ecle lo mismo. La época de las florPs son los aüos de la nifiez y dP la .iuventud: Li de los frutos son toclos los restantes. Es irrütil, mús aun. P:, pernicio~o. intentar recoger frutos en tiempo de flores. ni flon's en tiPmpo de frutos; te ex– p01ws a que hu.; flores sean ele papel o ele trapo y los fru– tos e:,frn en malas condiciones. Es una aberración que t>n la niñPz y en la jnventud quieras saber lo que sólo se debe saber en la edad madura. Es un pecado qne el Crea– dor castiga convirtiendo a la mujer no en estatua de sal, como a b mujer dP Lct, qm, esto es poco. sino pr,rmítiendo, que, en castigo de su curiosidad, termine siendo la lwz de la sociedad. Por tanto. amada joven, curiosa, no; dPseosa de saber, "í: pero sólo cuando la naturaleza lo reclame y 9n la medid,, q1w la prudencia y el recato natural lo exijan Cuando concurran estas dos razones, con el corazón libre de miedo:' y prejuidos, podrús poner mano a la obrn que Dios coloca en tus manos. El campo ele tn vida estú abierto a todos los aires y a todos los soles; trabaja con la ilusión que poncn n1 todo 1ns afios jnvenilc>s y no temas al fracaso.
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