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It. l' ;.;IL\"I.Ill(J ])I•: ZOHlT.\ pasea, y charla, y ríe, Pilar pre¿\nnla a su novio con mal disimulada coquetería: --¿Cuándo sacaste las entradas? ---Ayer--contesta éL -¡Si vieras las ganas quv tengo de ver esa película! .. Me han dicho mis amigas que es preciosa. Me muero de curiosidad por verla... * * Me figuro, amada joven, que tú misma habrás sido más de una vez protagonista de una escena semejante a esta que te acabo de describir. Te han entrado ganas de ver, de oír, de presenciar. de ser protagonista, porque esto es lo que más encanta a una. mujer. Gozas cuando toclo el mundo te mira y te sientes feliz cuando logras conseguir esos tus deseos. Esa ansia de saber, de ver. de enterarte, tiene un nombre: se llama curiosidad. La curiosidad es una de las mayores debiliclades de la mujer. Fué la primera que tuvo en el mundo y de ella na– cieron todas nuestras desgracias. La primera mujer se dejó arrastrar ele la curiosidad y cayó en el pecado. El árbol que había en medio del pa. raíso no la atrajo precisamente por su fruto, que aún no había gustado. sino por su presencia agradable a la vista. Pero lo que más la arrastró fué la frase halagadora de la serpiente: <:Si comes de este fruto serás como Dios, co– nocedora clel bien y clel mal.>, Esto de conocer, de saber, de curiosear, la volvió loca y se decidió a pasar por todo La curiosidad, pudiéramos decir. que va muy bien con la psicología ele la mujer. Naturalmente ideal, ansiosa de novedades basta que se ponga una cosa bonita delante de sus ojo~, o que haya algo que ella cree se la oculta, su curiosidad se acentúa y crece, No importan que el oro sea oropel, la seda una imitación. la piedra preciosa un vulgar cristal; brilla, y esto b:1sta para excitar la curio sidad. Eternamente niüa por naturaleza, la mujer gusta más de lo bello que de lo útil. Ante un libro científico el niño

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