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39 zaban haciendo punto o bordando para sus hijos, o plan– chando la corbata de su marido. Cuando llega la hora de la verdad el hombre prefiere una mujer trabajadora a una holgazana. El poeta castellano Gabriel y Galán nos dice en versos inmortales las cualidades de la mujPr que M escogió para dueña de su corazón y de su casa: Un,1 sencilla labradora humilcle, hija de oscura castellana tierra, una mujer trabajadora, honrada, cristiana, mn able, cariiíosa u seria. ¿ Te gusta el retrato? Me figuro que si. Nada más se 1mede pedir en una mujer. Trabajadora, humilde, honrada. cristiana, amable, ca– rifwsa, seria ... ¡Todo en una pieza:! Es posible que ahora, cuando la vida te sonríe, cuan– do las ilusiones, como pintadas e inquietas mariposas revolotean en tU: cabeza, no pienses en esto, y hasta tal vez se te ocurra decir que es demasiado serio, para tu edad, pero no tardando mucho la misma vida se encar– gará de mostrarte la verdad, y ¡ quiera Dios que no :c;ea de– masiado tarde! Dignidacl del trahajo Amada joven, aprPnde a trabajar. Es una ley de vida que no puedes despreciar impune. mente. T1w manos delicadas deben aprender los traba. jos propios de tu estado y de tu posición, pero nunca de– ben estarse ociosas, porque la ociosidad, aparte de ser la madre de todos los vicios lo es también de todas las tristezas. La joven trabajadora está siempre alegre. El trabajo e& el mejor sedante del cuerpo y del alma, En cambio, la ociosidad es el mayor corrosivo, el peor ve.. neno, pues da la muerte juntamente al cuerpo y al alma. Como la mujer descrita por el sabio, haz que tus ma– nos sepan de bordados y de tejidos, y tu alma sabrá de

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