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3:.? H . P . S I L \- E R I O D ID Z O R I T .\ •--Y ¿ en qué consiste el pudor? El pudor es mas fácil verlo que definirlo. A la joven pudorosa se la conoce a la legua; el pudor sale a la cara. Un día preguntaron a cierto filósofo cuál era el color que mejor le estaba al rostro de la mujer y contestó rá– pidamente: «El rojo del pudor». El filósofo estaba en lo cierto. Ningún producto de to– cador puede ser capaz de colorear tan discretamente el rostro de una joven como el pudor que brota de un alma pura. Por eso las que han perdido la inocencia, las que ya no se ponen coloradas ante nada y ante nadie, las que, en una palabra, no se sonrojan, tienen que recurrir a los es– pecíficos de perfumería, a la vergüenza artificial. Y se pintan los labios las que tal vez perdieron su frPscnra entre las garras del vicio; y se sombrean los ojos las que tienen que disimular unas ojeras producid:1s por largas vigilias y por el trasnocheo criminal, y se colorean las mejillas las que perdieron para siempre la gracia y el privilegio de poder colorearlas con la vergüenza santa del rubor. No quiero decir con esto que todas las que hoy se pin– tan los labios sean viciosas; ni que todas las que se som– bn•an los ojos sean unas frescas; ni que todas las que se colorean las mejillas sean unas degeneradas, pero lo que sí digo es que todo esto nació de las hijas del vicio y lue– go la moda ha logrado imponerlo en la mayor parte de las mujeres. Un discreto arreglo de la persona no está mal, pero el pintarse como máscaras es señal de que el pudor del alma o ha desaparecido por completo o está a punto de desaparecer. El pudor no es, como alguien ha dicho, un resultado del orgullo femenino, ni menos aún una manera de ha– cerse desear por el varón sin entregarse, como pidiendo tregua,:; para poder reflexionar. No. El pudor en la mujer nace de un sentido más delicado de algo que es más in– timo en ella y, por tanto, más duradero: del sentido de la decencia y de la religiosidad. La religiosidad de una jo– ven es el gran termómetro que señala la máxima y la