BCCCAP00000000000000000000557

28 H. P. 8ILYT•cHIO DI<c ZORITA y se me han aclarado las razones de los hechos humildes, y el andar por el camino blanco se me ha hecho un ejercicio de felicidd.d ... (PEMÁN.) Para el alma piadosa no hay cosas pequeñas en la vida, pues toda ella está sembrada de luz. Los hechos más humildes, las acciones más sencillas, son algo que tras– ciende el marco donde se realizan... Ese andar por el camino blanco es ... un ejercicio de felicidad. El alma piadosa así lo cree, y sobre todo vive según esa creencia. Piensa que el ser piadosa no te exige renunciar a vivir en la tierra, ni menos ser arrebatada al tercer cielo, como San Pablo; ni oír la voz de Dios sensiblemente como la oyó Pedro y Juan y Andrés y los demás apósto– les del Señor... No he sido arrebatada sobre nubes, ni he sentido tu voz, ni me he salido del prado verde donde suelo andar.. Otra vez, como ayer, te he conocido por la manera de partir el pan ... (PEMÁN.) He aquí, amada joven, una piedad asequible a todas las almas. Aunque no hayas sentido la voz de Jesús, como la sintieron algunos santos, aunque no hayas sido trans– portada al tercer cielo, como lo fué San Pablo; aunque tengas que andar por el camino del prado verde de la vida cotidiana no creas que por eso la piedad está lejos de ti. Sé comb los discípulos de Emaús, que conocieron al S.eñor en una cosa bien sencilla, en el modo de par~ tir el pan. y en cambio no lo conocieron cuando les ex– plicaba las Escrituras. También tú puedes y debes cono cer a Cristo en las cosas sencillas de tu vida cotidiana. en esos hechos humildes, en ese camino blanco ... , porque todo eso lleva a la felicidad, porque todo eso es piedad.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz