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ll . l:'. SIL\' E R l O Il E Z O HIT.\ chas jovencitas de esas que tanto abundan por las calles y por los lugares de diversión? Pero el Señor se fijó en la humilde virgen de Nazaret, en su bondad, y la eligió para Madre suya. La historia se repite, aunque algunas no lo crean. Sé buena, y ten la seguridad de que todo lo demás se te dará por añadidura. Padre nuestro, que estás en los cielos ... Mari Carmen y Ang·elita acaban de regresar de dar un paseo. Es sábado. La jornada ha sido in.tensa y el frescor de los árboles se hace desear. A la puerta de la casa de Mari Carmen comentan los últimos sucesos y se disponen a despedirse. Antes de hacerlo Mari Carmen pregunta: --¿A qué misa piensas ir mañana? ·-A la de una. -Mujer, eso me parece muy cursi ... y muy mundano. ¿No seria mejor ir a la de nueve? --Bueno; lo haré por darte gusto. Una de las manifestaciones de la bondad es la de ser piadosa. Pero ya oigo tu pregunta. -¿Qué es eso de piedad? Eso de ser piadosa .siempre lo he mirado con algo de prevención. Me parece algo triste, algo que lleva inheren te mantillas tupidas, rezos prolongados, renunciamiento de muchas cosas que, a mi edad, me parece imposible cumplir. Perdóname que te diga, amada joven, que estás equi– vocada si piensas eso de la piedad. Para ser piadosa no es necesario nada de lo que tú crees. Ni es necesario dar un adiós al mundo y encerrarse en un convento, ni siquiera estarse horas y horas mascullando oraciones in-