BCCCAP00000000000000000000557

¿QUIElN ERES TU? 21 ser buena es sacrificarse, es darse a todos para que los demás sean buenos. Ser buena es mirar siempre con la frente levantada y los ojos muy serenos. Ser buena es, en una palabra, imitar al Padre Celestial, que hace salir el sol sobre justos y pecadores. Ser buena es derramar la bondad sobre todos los que te rodean. Lo otro el hacer ascos a cada palabra que se oye, el vestir cbmo una rara, el frecuentar mucho la iglesia dejando la casa abandonada, el creprse la mejor de to. das y despreciar y murmurar de las demás, eso no es bon. dad, eso es ñoñería, cuando no otra cosa peor. La ñoñería es egoísta: la bondad. desprendida. La ño. ñería exige el aplauso de los hombres, como lo hacían aquellos fariseos de los cuales dice el Señor en el Evan– gelio que ya recibieron su galardón. La bondad busca, ante todo, que Dios esté contento, y lo que hace lo hace stn llamar la atención sin aspavientos. Esta es la bondad verdadera que Dios nb puede dejar sin recompensa. No quiero con esto decir que el hombre no mire tam– bién esas otras cualidades, pero si no las encuentra uni. das a la bondad, es casi seguro que se retira desilusionado. Al final del camino cuando ya el polvo de las pasiones violentas y de los devaneos se va dejando atrás, sobran todas esas cosas que son, las más de las veces, reclamos de vendedor, propaganda de comerciante. Llena ele g-racia En una humilde casa de Nazaret vivía una joven her. masa, la más hermosa de las mujeres; tierna como el tallo de un nardo... y buena. Un día se presentó ante ella, no un caballero monta. do en brioso alazán, sino un ángel del cielo, y la dijo estas palabras: Dios te salve, la llena de gracia; el Señor es contigo. Ella, como era tan buena, se ruborizó al oír pala– bras tan halagadoras, pero al punto el mensajero celes– te la tranquilizó, diciéndola que había sido elegida para ser la Madre de Dios. ¿Quién duda que entonces habría en el mundo mu.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz