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¿Qué es la mujer? Antonio era un joven bueno y despejado. Un día llegó a ia ciudad con ansias de saber, y para ello abandonó, no sin grande pena, el hogar ele sus padres. Estos, al despedir– le le hicieron las últimas reconwndacioncs. Mira, le dije– r¿n, no olvides las btwnas cosas aprendidas en casa. Ya ('n la ciudad. Antonio no tardó en trabar amistad con alguno.s de sus compañeros. Al principio le repugna– ban cü•rtas conYersaciones y ciertas actitudes, después se fuó poco a poco haciendo al ambiente y, arrastrado por el mal ejl'mpln d¡, sns amigos, frecuentó toda clase de di– versiones. Un día ele tantos fué a ver una re1 1 ista. Le habían ha– blado ele ella con insistencia sus amig·os y la propaganda excitante de las rarteleras y de lo,.; anuncios luminosos que. durante la noche, tienen más poder ele convencer. Pero en la noelw que vió la revista, al salir clPl teatro, con la cabPza como un ascua y el corazón como un incendio, se le oyó decir entre amargado y soez: .. ¡ Qué asco clr mu– jeres!> La frase despectiva de Antonio no quisiera que fuese para ti. Dos opiniones Al hablar ele la mujer podemos distinguir dos opinio– nes, una la de los viciosos, la ele los misógenos, aue no ven en ella más que, o un objeto ele plarer, o un objeto digno ele desprecio. Otra, la de los normales, que ven en la mujer un ser creado por Dios con las mismas atribuciones que el hombre en el orden de la gracia y en el de la natura .. leza. Estos segundos son los que está11 en lo cierto. Porque