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HH H . P. SIL Y E R I O DE Z O R I T.\ mal. Esos momentos los suele conceder el Seüor en la vida para premiar anticipadamente los sacrificios que nos ha de exigir después. Acostúmbrate a ver desde el primer momento las cosas en su realidad. Nada de sueños ni de fantasías. En la vida de matrimonio habrá dificultades. No te asustes por esto que te digo. Son inevitables porque aunque seáis una sola alma por el cariño y por el amor siempre seréis dos cuerpos, como es natural, cada uno con sus rarezas y su manera de ver las cosas. Mucho sufrió Ana. María, la esposa modelo pintada por Martínez Sierra en su novela Tü eres la paz, pero lee uno de los últimos párrafos de la carta que dirige a su amiga Juanita, donde la cuenta las impresiones de los primeros días de matrimonio. «Un día, dice, aunque aún no ha hecho frío para ello. encendimos la lumbre, porque Agustín dijo que no podía– mos llamar hogar a nuestra casa hasta que no hubiese ardido en ella el fuego sagrado. Con este motivo tuvi mos una gran fiesta íntima, tan íntima que no hubo más huéspedes ni invitados que nosotros dos. Hubo té, hubo discursos, hubo brindis, cantamos, bailamos, reímos ... ¡ Qué alegre es quererse! Figúrate que cuando estaba en casa siempre me can saba tristeza pensar que iba a llegar el invierno. El mes de noviembre era una pesadilla para mí, algunas veces hasta lloraba pensando en los días de lluvia y de frío que habían de venir, y había llegado a creer que el sol era absolutamente indispensable para mi felicidad; y ahora me dispongo a recibir un invierno mucho más largo que el de España, con todo el regocijo de mi corazón. Pienso en lo muy alegre que estará nuestra lumbre en los días en que por la calle haya nieve o niebla. y en lo bien que sonará el viento colándose por nuestras ventanas, y en el buen aire que tendrá nuestro comedor, corridas las cortinas, deslumbrando de blanco el mantel, con un poco de plata y muchas flores. sentados a la mesa con nosotros, dos o tres amigos, yo más amiga que nadie de mi señor marido. No puedes figurarte, queridisima, lo exquisito de esta sensación de amistad que cada dí:1