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PROLOGO Este libro no p1·etcndc 1w rrar la ·uida de un snbio, ni la de un artista, ni menos aún la de un gran conquistador. Sencillamente, qtúere con– tar, como tm amable cuento, la ,•ida humilde )' llana de un hermano lego capuchino, el cual, sin estudios especiales, sin ostentación de 1·ingú11 género, sin milagros ruidosos, sin graci:as místicas extraordi– narias, llegó a la cumbre de la sant.idad. En su pueblo natal trabajó en el humilde oficio de albafiil, y en este mismo oficio siguió trabajando, siendo religioso, la nza3 1 or par– te de stt ·vida. Es, pues, este libro la narración de la ·vida de un her– mano albañil. Para los ricos '.I' poderosos del mundo, para los qHe tal ,•r:.; (011· sidere11 el trabajo manual como 1ma desgracia y una maldición, acaso resulte ,!ulgar 3' hasta humillante la ·vida de este religioso : pero ne así para Dios, que le quiso llevar, por camino tan ordinario, hasta las más altas cttmbres de la perfección. Tampoco debe serlo para esa inmensa nwchedttmbre de trabajadores manuales, para esos mi– llones de seres que, junto con la dureza del trabajo diario, tienen que soportar la inquietud que lleva consigo el estar pendientes de un jornal. Para éstos la ·vida de Fray José Afaría es un símbolo }' itn ejemplo. ,Vo es una desgracia, ni menos mia deshonra, tener las manos encallecidas y el cuerpo encorvado por el trabajo,' al contrari0, es mza noble::;a, si con él se llega a agradar a Dios. Al terminar de leer este libro tal ·zie::: alguno se atre"'ª n pre-– guntar: