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r:L J."RAILE ALBAÑIL 81 Bilbao, 20 de junio de 1948 A mi querido sobrino que mucho quiero: Que la voluntad de Dios se cumpla siempre entre nosotros. He recibido tu carta con noticia triste de un lado, pero mirando hien es la mayor dicha que podemos tener en estie mundo, la suerte de morir bien y en el otro ser felices por toda la eternidad. Yo creo que vuestra madre y mi hermana ba tenido esa suerte, :n1c,s li:t dado prueLt·, ck c•llo. Es cosa natural y da mucha pena la muerte, sobre t,odo de una madn. pero no conviene entris1Jecerse demasiado, porque ]a tristeza no es buena para muchas cosas y, sobre todo, el entristecerse de– masiado no viene de Dios. Es buena la tristeza cuando es por haber ofendido a Dios, que es la que proviene de perfecta contrición, ésa 1.0 nos hace daño alguno, sino mucho gozo espiritual con mucha paz del alma. Por eso, pues, dejad a un lado tristezas vanas para bien Jlc vuestra alma y procuremos encender en nuestros corazones esa contrición perfecta, cuant10 más mejor, porque es lo mejor para mo– rir santamente. Me parece que vuestra madre ha vivido así ; por eso, Pn vez de entristecernos tenemos que alegrarnos todos. Al mundo no hemos venido para vivir siempre en él, sino para servir a Dios y para gozar– le por t:,oda una eternidad en el cielo. Me alegro mucho porque a la enferma le habéis hecho todo lo que podíais para que estuviera bien, no se olvidará en la presencia de Dios para qne os conceda muchas gracias, sobre todo las Que son mejore~ para el alma. Rezad mucho por ~u alma por si se encuentra en necesidad y os acompafío, junto con los míos, en vuestros senti– mientos. Ahora os quedáis los dos hermanos solos en casa de nue– YO tent·is que pensar en vuestiro nuevo estado ; yo creo que pa_ra acertar bien debíais de consultar con una persona prudente o, mt,jor que con nadie, con un confesor prudente. Enseñadle todo n1estro ca-– razón, las inspiraciones que habéis tenido, sobre todo para mejor ser vir a Dios., y seguir sus consejos y no de otros muchos.