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70 P. SILVEtrb DE ZORITA, O. F. M. CAP. ~e amoldaba y todo lo soportaba con la sonrisa en los labios. ¡ Cuánt.H, veces tuvo que oír esta frase : ((Su Caridad es un hipócrita))! Y o nun– ca vi en él hipocresía, sino sinceridad. Como t1enía conmigo mucha confianza me contaba muchas cosas de la cuales no recuerdo sino algunas, pues ya hace cerca de veinti– c:nco años que nos despedimos para no volvernos a ver. Me inculca– ba mucho el amor a la oración mental, al recogimiento y a la soledad. Me repetía con alguna frecuencia: «Pidamos el espíritu de compun« ción». También me decía: «¿ A que no sahE' cuál es el secreto de la vida religiosa?)). Y o le dE'cía éste o aquél. Y entonces él me contes taba: «El secret:o de la vida religiosa está E'l1 saber congeniar, o sea, acomodarse a los diversos caracteres ele los religiosos con quienes se convive». Así se expresa en alguno~ ele los párrafos de su carta este abne– gado misionero, (!UE' desde tan lejan;is tierras ha tenido la delicadeza de escribirnos para darnos esta impresión tan exacta y sincera de la ~anhidad de su antiguo compañero de trabajo. Pero donde la fama de santidad de Fray José María a!c,inza ma– yorE's proporciones es, como no podía ser ele otra manera, entrE' los religiosos del rnnvento de Bilhao, entre quienes pasó los últimos a11os r1e t:ll \'ida y fueron testigos de su santa muerte. Poco después de morir Fray José María, el P. Guardián dijo a los sobrinos, que llegaron para asist.ir al entierro de su tío: ---HS11 tío ha 1111wrto corno un santo de los (jllt' hay qne poner en los altnresH. Y el cronista ha dejado escrito: -«~e ganó ,·l cariño y la tstimat·ii'm de todos por su sencillez, hPnda(l santi dad transparentes>>. -((Todos los religioso~ le creemo, ~anto--afirma otro-y todo,, cogieron reliquia~ a su muerte>). En la crónica del conventKJ Sé lee : « Fué un verdadero santo a juicio de todos los rE'ligiosos de esta Comunidad y de t:oda la pro-– vincia». Y en el libro de defnnciones: «Dejó edificados por su vida y por su muerte, con fama de santidad, a todos los religiosos)). Fi– nalmente. en el «Boletín Oficial de la Prcrvincürn correspodiente a los meses de noviembre-diciembre de 1956, se leen estas hermosas

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