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FAMA DE SANTIDAD La santidad, como los buenos perfumes, no puede pasar desaper– cibida. Si Fray José María gozó fama de santo durante su vida, esta fama se ha acrecentado después de su preciosa muerte. Todos lm religiosos que le conocieron proclaman unánimemente esta santidad. Escuchemos las palabras de uno de t'llos. ·-·He ,onviviclo con Fray José María de Leaburn por espacio de dieciséis afias, desde junio de 1940, en que vine ;11 noYiciado, hasta el día 25 de octiubre de 195b, en qt1e nos dejii para irse al cielo. He esta– do. de propio inknto, buscando algún defecto moral en él y franca– mcn1¿• nu he enc()ntrado 11ingu11(' , n 1antos ;1üos como hemos ,·i,-;rlo juto,, : ;1111,•s al contrario, he yj,,1,n en é-1 un modelo ck todas las vir– tudei;_ Piedad, laboriosidad. sencillez, obediencia, pureza anf;dícal, ',·:-pren, 1 in.,iento de las criakira,,. d, l m;tnclo y de );1 fomilia, pacienci;1, r,b'ienancia regular, silencio, mortificación, cari<larl frakrna, etc. Dt'l convento de La Coruña nos esrribe ot.ro religioso: ((Todos ,.;ibemns .c;11 Yida ejemplar, sn amor al. trahajo, a b oración, a la virl;1 interior, a la humildad, a la mortificación, ek.>l. Y desde las ll'j;rnas tierras <le mncstrn.s misione·,; ck \ c:wnwla, un benemérito misionero, que nos ruega callemos su nomhre, escribe es– tas sentidas palahrac. cine son 1111 himno a la sant,iclacl de Fray J os& l\Iaría: «Yo conviví con él cerrn de diez años : pues hien, la vicTa ck Fray José J\faría me ha e(lificado ~iempre. Yo he visto en él nn re• ligioso ejemplar, muy sufrido, muy callarlo, muy prudente. Siendo él refitolero en Madrid le tocó vivir con otro religioso de carácter un tanto áspero, y a pesar de ello se entrc·ndían los dos muy bien por– que Fray José María, con santa humildad y mansedumbre, a todo