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EL FR:\ILE ALBAf.tIL 53 t;irnhién estoy muy agradecido (a Dios) porque en vez de salud me ha dado enfermedad con que purgar mis miserias en este valle de lfrgrirnas. I\fejor e,- padecer aquí que en el otro mundo. Allí tienen que ,:cr más terribles los sufrimientos que las más grandei; enfer– medades en éste. Toda clase de penalidades que se digne Dios enviar– ! ,o,: ,;erit para nuestro bien si las é:abemos llevar con santa resigna– ción, considerando que hien merecido lo t1enemos por nuestros pe– cados)). El 20 ele junio de 1954 escribía a otro sobrino: «Es buena la tris– ! t·za cuando es por halJl'r ofendido a Dios, que es la que viene de perfecta contrición, ésa no nos hace daño alguno, sino mucho gozo t·spiritual con mucha paz del alman. Y a su sobrina Sor María Josefa Arregui escribía el 21 de no– viembre de 1954: «Doy gracias infinitas a Dios porque me quiere purificar aquí. Mejor es que padezcamos aquí que en las voraces llamas del purgatorion. El 29 de julio de 1955 a su sobrina Sor Euse– bia Echegarreta la decía: ((No nos quedamos más de dos supervi– vientes cntn· diez hermano" qt1e éramos, los dos ochentones, f:n mo– mentos r,o~tn:ros ele desaparecer de este destierro de lú.~-rima•:. Sea, pue,:, cuando Dios quiera y nos dé gracia de arrepentirnos de todo l or:1 'in de rndas nuestras fali::ts que hayamos cometido en ,;u santo · z-r-,·i,iml \" al final ele la carta nwln: a insistir: ((Yo con rn1;; sin \'speranza de mejorar, frecuenit:rncnte con agudo,, clo- 1,ffc.,. Bl'ndig-o a Dios: má~ qui,·ro padecer aqní (:ne en la otra ';ida)) Re,:ordemos d hermoso libro Es¡,írit11 de Co111¡,1111cirín que leía tocia,, 1 as noches. T ,E'. knemos debntíc al escribir esta~ líneas y no, impresiona el pem:ar que las mano:, rk Fr;1y Jo~é ).faría 1e ma1wjaron tantas veces y quién sali(' ,,i no h· lmmeckció mús d:· una n·z con ,,us lágrirn:ts. Ya d título completo c!L'l libro t·xpresa rnarayilJo::arrH'nt,· t·~ta moclaliclael del bpíritu de km santo hermano. «Del¡ l''.spíritu ck compnncir'm / ec:to es/ de la utiliclarl y lns grande~ bienes/ enccrr;:dt),; 11. el dolor continuo / de los pecado~.>> Fn el capítulo XIII. que trata «De 'os medios ele con,;eé\llÍr el v~píritu de compunción o ,,J continuo dolur de lo,; pecados)), se kf : ((En segundo lugar es necesario juntar a ]a oracir'in la plegaria cons– tante. la memoria o recuerdo frecuente de todas las gracias genera-