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24 - -dice uno <le ellos-fmi siempre el pasar completamente ignorado de los demás.>> Pero donde su vida interior alcanza perfeccione;;; insospechadas es durante los últimos cinco años de su vida, durante los cuales, imposi– bilitado completamente para el trabajo, permanece retirado en su humilde celda sin apenas poder salir de ella. ¿ Quién podrá decir la vida de oración y trato íntimo con Dios durante esas largas horas dl' soledad de cinco años? Su vida de recogimiento era tan intensa que en cierto modo le moles tal ,a que hablasen en voz altia. ((Durante lo~ ultimos aüos sup:iea– ba a :os que le iban a visitar que hablasen poco y en voz haja.n ¡ El, tan caritativo y condescendiente, no pudo pronunciar estas palabras sino como obligado por la fuerza interior de Dios en su alma 1 Sn vida de oración no tuvo límite,s ni en cuanto al tiempo ni en n1anto a la intensidad. No sólo permanecía absorto en el coro, en :a i~lesia, en sus oraciones particulares, también durante las horas de traiiajo se le veb absorto y recogido. ((Durante el trabajo, jamás dejó de rezar el Ave María al dar el reloj la hora.Jl ((y estando ya muy mal, mientras el hermano enfermero le hacía la cama, él, de ro– dillas en el suelo y con los brazos en cruz, permanecía rezando 11as– ta que el hermano terminaba su tarea. « Parecía un San Francisco en ,·arne mortal)), afirma el reiigioso testigo del hecho. El cronista del convento de Bilbao, al hahlar de la oración de Fray José María, la resume en esta hermosa frase, que es la mejor alahanza: «Oró sin interrupción porque para él todo era una ple– ~ana.>l

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