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P. Eusebio Villanueva Y hasta ahora en sueños de alfombras mágicas. Sueño profundo y sabroso. A saber la necesidad de descanso que traía acumulada el pobre-hombre. La Hermana me dice que le han despertado para desayunar. Dice que sí. Pero sigue durmiendo. Tiene todo su tiempo por delante y hace bien dormir la "media luna" y la luna entera si le apetece y lo necesita... Cuando a las 1 O h. yo dejaba el Albergue, él allí seguía reposando ... Cuando el cansancio se mete en el alma y las carnes se revienen de sueño, no hay ni banco duro ni horarios que manden ni hambres que desvelen ... Se levantará a la hora de comer y luego a caminar, reposado y con estómago caliente: - "Oye, paisa, alfombra barata, ¿cuánto dar tú?" "¡Paz y Bien, hermanos!", digo al grupo de "limpias". Hay buen humor hoy en el colectivo. El tiempo no acompaña, pero es igual, las buenas caras son las mismas... Uno me dice: - Sí, pero el sol "non ye asturianu". - No parece, a lo mejor es "transeunte" y sale por unos días y se va. Ya vereis como vuelve al Albergue uno de estos días... Al salir del Albergue veo el coche del ruso. En el que vinieron de Rusia. Es japonés. Matriculado en la URSS, viejo, trasteado, con lunares de oxidación, utilitario. Con los kilómetros anotados de los caminos de Europa cruzados. Junto al volante un aplique con una imagen -icono ruso- de ¿San Basilio? Las inscripciones están, en signos cirílicos. Imposible leerlos para mí. Pero con mensaje claro de «protector» y «compa– ñía». Allí lleva adherido un cierto tiempo. Estoy seguro. Un buen abrecaminos através de las carreteras de Europa hasta esta Asturias de su origen. Y un viaje más difícil del Comunismo hacia el Capitalismo como zonas de ideología y de maneras de interpre– tar la vida... Yo le pido al Señor que no les anegue la desilusion. Que encuentren un trabajo que les ponga en pie ante el Señor, porque ya estén de pie ante los hombres, con la dignidad reconocida y servida. En fin, «que el gato, sea negro o blanco, es necesario que él pueda comer su sopa». Es el «ante todo» que nos afirma el refrán. 98