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Las 5 llagas del Señor Martes: 19 Oct. 1993: -SAN PEDRO R ealmente me siento feliz. También por el sol y la luz que hoy nos cae de arriba, que nos viene del Padre de las Luces. Pero feliz, sobre todo, por la liberación de los trabajos y los días del trienio pasado. Es como una refundición. Como una reconversión. Me siento vivir. He encontrado una alegría sana. Vivo el cien por cien. ¡Quién me diera el Dios por cien!. Los tres años pasados eran como una entrega a fondo perdido en el común mostrenco ya establecido, en la libertad de retoques y florituras... Servicios a una cierta burguesía religiosa y ya programada y encarrilada en el "siempre se hizo así", y lo "diferente" es ilegítimo y prohibido. Fidelidades a la letra y no al Espíritu, que parece que "sopla donde quiere" pero no donde debe según el canon de pastoral tradicional. Donde un minuto de más o un "amén" de menos es "pecado mortal, venial o de amago griposo... Y, si vienes de otras Iglesias europeas, más. Aquí mi ser y estar se nutre y respira otro clima que no es el parroquial de estas "españas". Es más una evangelización de boca a corazón, de persona a servicio, de Dios a esta persona y de ella al Padre. Más, de "un agujero, una semilla", que sembrar a voleo "caiga donde caiga". El Concilio ha sido una inmensa apertura, pero tenemos que abrir con los brazos las dos líneas del ángulo para que quepan todos y no sólo los "corralitos bienaventurados". Asumo aquello y lo sufro. Pero me gozo y esponjo en esto. Prefiero el banco al ambón. Limpiando la Sala de estar-tele he visto que van bajando la "cosecha" de colillas en los ceniceros. A mediados de mes las pensioncillas comienzan a menguar y se imponen las restricciones en el tabaco. Habrá que volver a recoger más "llámperes" (lapas) para vender en los bares, o acudir a la caridad de la gente que sale de rezar o a la que sale de los supermercados con calderilla suelta. Hay que reponerfondos .... Cierto, también, que el malhumor sube algunos enteros en el colectivo. A algunos les alcanza para sus "ducados de cada día". A otros la boca se les remoja con las ganas. Y... o no piden ni con los ojos ni con las manos, o se les acercan con los dos dedos ante los labios, pidiendo sin pedir y por favor. Y veo que hay bastante solidaridad mientras llegue... 79

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