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P. Eusebio Villanueva hasta el fondo de estos desamparos. ¿Por qué, Dios? ¿Por qué? Y sé que seguiré preguntándome toda la vida por el dolor de los hombres. Un gran respeto me nace por estos policías gue patrullan la noche para seguridad y para ayudar. No siempre fácil. Sobre todo con los ébrios. Es curioso. Como en mi vida de obrero, la vida "de fuera" me cuestiona la vida "de dentro", de dentro del convento. Pienso que es muy posible ser franciscano, hacer voto y profesión de Pobreza e irse al otro mundo sin haber sentido la pobreza real de vida, de bienes,de comodidades y privilegios, de prestigio y cultura, de salud y reposo, de identidad y de destino; sin haber "olido" y fondeado en la vida de un pobre-de-pedir; haber hablado de los pobres hasta la inflacción sin tener alma de pobre, al menos en ejercicio... Hay religiosos con "depres" y escrúpulos repajoleros, cuando una anciana de 81 años tiene que pasar la noche fría y lluviosa en un banco de la calle. Nuestras heridas son un lujo de pequeñoburgueses. Nuestras heridas no son los "otros", sino nuestros subconscientes en inconscientes culpabilizados. A las 3'15, nuevamente el timbrazo-cuchillo que te sobresalta los nervios. Llaman de nuevo. Es un hombre agotado, pequeño y renegrido. Parece venir del hambre lejana, de las privaciones y seguro que enfermo. Como tantos otros y que va hacia donde la vida lo quiera llevar. Como perdido caminando por una tierra de nadie. Al verlo siento compasión de lástima. Interiormente me pregunto por los sucesivos rostros que ha ido gastando hasta este que trae como último... Parece un ser totalmente vendido, estipendiado a la lástima. Como resignado a que no pueda ocurrirle nada hermoso ya en su vida. De los que se caen sin que los empujen... Le acomodo en la habitación doble y sólo, más caliente y silenciosa de ronquidos ... Le hablo con suavidad, porque le veo cansado y encogido... recurre al llanto un tano etílico para descansarse por dentro, haciendo sonar la humedad de la nariz... Le pido a mi Señor Jesús que le haga bajar por los sueños sus palabras de ánimo de vivir "venid a Mi los que estais cansados y agobiados..." Y me voy al cuartito de guardia doliéndome del pasado tantas veces egoísta, de todas las palabras ahogadas por pereza, por falta de fe concreta, por el sentimiento de la inutilidad de hablar a las "nubes", de haber negado partir mi pan de la palabra...Y de no haber escuchado, cerrándome hacia adentro y hacia afuera... Y de haber estado ciego, pero ciego del que ni ve, ni oye, ni entiende, a los pequeños de Dios...Todo eso que es mi oscura calidad cristiana. 76
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